¿Sabías que hasta el siglo XVIII sólo se conocían seis planetas en el universo? No se sabía nada sobre Urano y Neptuno, y como son planetas muy distantes su observación en esos tiempos era muy difícil. ¿Sabes cómo se supo de su existencia? Hablemos sobre el descubrimiento de Neptuno.
En la primera mitad del siglo XVIII no se esperaba que hubiera un planeta más allá de la órbita de Saturno, según Kepler (a quien pronto conocerás en clase), sólo podían existir seis planetas en el Sistema Solar.
En 1779, el astrónomo inglés William Herschel (1738 – 1822) realizaba minuciosas observaciones del cielo con potentes telescopios y tomaba mediciones muy precisas. Así que sólo fue cuestión de tiempo para descubrir un nuevo astro que orbitaba el Sol: Urano.
Una vez que los astrónomos supieron que Urano se encontraba ahí, girando en torno al Sol, se dedicaron a analizar sus movimientos aplicando lo que ya sabían sobre las Leyes de Newton. Eran tan precisos los cálculos que hacía apoyados en dichas leyes, que podía predecir el movimiento de cualquier astro; podían saber dónde se encontraría un planeta en cualquier momento.
Sin embargo, después de observaciones, cálculos y mediciones de la órbita de Urano, se dieron cuenta de que este astro no seguí fielmente la trayectoria esperada. ¿Qué sucedía? ¿El planeta habría sido golpeado por algún planeta o por algún otro astro? ¿Acaso las leyes de Newton no se cumplían para esas zonas del Universo? ¿Existía algún planeta o fuerza invisible para los astrónomos que perturbaba el movimiento de Urano?
La –hasta ese momento- inexplicable causa del movimiento anómalo de Urano fue de tal importancia para la comunidad astronómica, que en 1842 se reunió en la Academia de Ciencias de Göttingen en Alemania y ofreció un premio a quien resolviera el problema.
El 18 de septiembre de 1846, el astrónomo francés Urbain Leverrier (1811 – 1877), con base en sus cálculos, afirmó la existencia de un astro causante de la “modificación” de la órbita de Urano. Pidió a J. G. Galle (1812 – 1910), quien trabajaba en el observatorio de Berlín, que buscara dicho astro indicándole las coordenadas donde debía estar. Cinco días después Galle descubrió Neptuno, muy cerca de la posición indicada por Leverrier.